La miel es un fluido muy dulce y viscoso producido por las abejas del género Apis, principalmente la abeja doméstica, a partir del néctar de las flores o de secreciones de partes vivas de plantas o de excreciones de insectos chupadores de plantas, estas sustancias son recogidas por las abejas, para luego transformarlas al combinarlas con sustancias propias, depositadas, deshidratadas y almacenadas en los panales para su maduración.
Los minerales más frecuentes en la miel son calcio, cobre, hierro, magnesio, manganeso, zinc, fósforo y potasio.
Sin embargo, diversos estudios revelan que la mil contiene vitaminas del complejo B, vitamina C, D y E, así como diversos antioxidantes.
Por lo que la miel el comúnmente utilizada para regular el azúcar en la sangre, reducir el estrés metabólico y promover la recuperación del sueño.
También es utilizada como tratamiento para el estreñimiento ya que tiene un elevado contenido en fructooligosacáridos (FOS), que, aunque tienen una función principalmente energética, al llegar al colon se comportan de una forma similar a la fibra vegetal: captan el agua aumentando el volumen de las heces y originan gases que incrementan el peristaltismo o movilidad intestinal. Por lo que ejercen un efecto laxante suave.
Asimismo, muchas personas usan la miel para contrarrestar las alergias estacionales, ya que consumir miel natural de la zona antes de la temporada de alergias, puede ayudar al cuerpo a aceptar sin rechazo el polen y que la alergia desaparezca.
Otras de las propiedades curativas que tiene la miel son:
-Mejorar la función cerebral
-Ayuda a contrarrestar el acné
-Evita infecciones por quemaduras o heridas.
-Humecta los labios secos.
-Regula los procesos hormonales del cuerpo.
Cabe destacar que la miel natural sirve para estimular el sistema inmunológico ya que tiene propiedades antibacterianas y antifúngicas.
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