Los callos y las callosidades son causados por presión o fricción en la piel. Un callo es piel engrosada que se forma en la parte de arriba o en un lado de un dedo del pie. La mayoría de las veces es causada por calzado que no ajusta bien. Una callosidad es piel engrosada en las manos o en las plantas de los pies.
Cabe destacar que el engrosamiento de la piel es una reacción protectora, casi siempre se forman en los dedos de las manos o de los pies. Los callos y las callosidades pueden ser desagradables.
Cabe destacar que el tratamiento para los callos y las callosidades supone evitar las acciones repetitivas que causaron su aparición. Puedes ayudar a solucionarlos usando zapatos que calcen de manera adecuada, utilizando plantillas protectoras y tomando otras medidas de cuidado personal.
Sin embargo, si usted tiene diabetes o alguna otra enfermedad que disminuye la circulación de la sangre a los pies, consulta con tu médico antes de tratar un callo y una callosidad por tu cuenta.
Algunos síntomas de los callos y callosidades incluyen:
La piel está endurecida y gruesa.
La piel puede ser escamosa y seca.
Se encuentran áreas de piel gruesa y endurecida en las manos, los pies u otras zonas que pueden sufrir fricción o presión.
Las zonas afectadas pueden ser dolorosas y pueden sangrar.
A continuación, exponemos algunas de las causas más comunes por las que se producen los callos y callosidades en los pies:
· Calzado. Los zapatos de punta estrecha favorecen la aparición de los callos, ya que al oprimir los dedos y estar más juntos en el interior, en cada paso que damos la fricción es constante y repetida. Por el mismo motivo, los zapatos de tacón también son causantes de muchos problemas dérmicos como este.
· Calcetines. Los calcetines actúan como barrera entre la piel del pie y el calzado, pero cuando no llevamos, el roce de la piel (sobre todo de los dedos) provoca la aparición de esta lesión. A su vez, si los calcetines están mal colocados (formando arrugas o pliegues) también pueden generar fricción y por lo tanto callosidades.
· Mala Pisada. No todos apoyamos igual al caminar ni repartimos la presión de la misma manera. Por todo ello, muchas veces se generan callos y durezas en los mismos puntos debido a una incorrecta forma de pisar. Como comentamos en el siguiente punto de “Tratamientos”, un estudio biomecánico de la pisada será clave para corregirlo.
· Falta De Hidratación. La piel del talón es una de las partes más afectadas por la deshidratación del pie, ya que se produce una acumulación de descamaciones y células muertas. En el post "Talones secos o agrietados" te contamos todo para recuperar su elasticidad y suavidad.
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